Hoy les voy a escribir como mamá, una mamá que tiene la tarea de cuidar de sus hijos sin descuidar su economía y viceversa….
Se que muchas personas que me leen tienen el mismo reto, que en estos momentos nos tiene más creativos que nunca y con la mente algo exhausta ya a más de 40 días de estar con una rutina diferente a la previa, porque cada familia se ha adaptado cómo ha podido, y ahí es donde puedo entender la frase de que estamos en la misma tormenta pero no en el mismo barco.
Cada día doy gracias porque pese a que ha disminuido el trabajo en más de un 50%, puedo sentirme afortunada de seguir laborando con medidas diferentes que no han dejado de ser una inversión.
En casa (mi barco) igualmente se invirtió en terminar con mi rebeldía hippie…. así es, tuve que poner internet porque no había manera de llevar las clases virtuales para mis hijos. Para los que apenas me comienzan a leer siempre les platicaba sobre mi filosofía personal que incluye no teléfono, cable ni internet en casa. Esto ya no aplica para el internet hoy en día.
Entonces vienen nuevas reglas para los tiempos de pantalla y monitorear los contenidos, así como distractores para todos en nuestros distintos intereses.
Uno con los zombies, otro con los autos, otra con los audiolibros, nos duró dos semanas el entrenamiento en YouTube, luego salir a caminar, juegos de destreza, ver fotos viejas, hablar de supervivencia zombie 😅; ahora empezamos a experimentar en la cocina que tengo grandes anécdotas al respeto…. y ya vamos adaptando nuevos espacios en casa, el área de oficina, el patio, la alberca inflable, tengo un hospital de plantas y estoy a nada de incrementar mi huerto de plantas aromáticas y germinando jengibre.
El arte por el momento no nos llama tanto la atención porque eso era parte de nuestra rutina , hicimos una clase para dibujar superhéroes pero hasta ahí llegó. Hacemos manualidades divertidas con los peques de la fundación y videos en tik tok.
El más feliz con la cuarentena es nuestro perrito Brownie, se nota en su caminar y en la manera de revolcarse en nuestras camas por turnos en las mañanas, es feliz de tenernos mucho tiempo aquí, nosotros agradecemos tanto amor que nos da y su intención de cuidarnos, por cierto ya tiene Instagram desde esta semana porque no se ver la tele, ni puedo salir y eso es mi tiempo de ocio.
No he terminado ni una temporada de House of Cards pese a que me atrapó cuando llegó el internet, pero sinceramente no me sé estar en paz.
Ahora les cuento mi mayor reto, tomé un poco de aire ahorita que lo escribí, eso les habla de la complejidad del tema y no me gusta hablarlo porque no es queja, pero esta redacción va a ser incluso terapéutica.
Somos en promedio 5 personas al día en esta casa, pero uno de nosotros cuenta como otras 5. Ya saben de quien hablo, tiene mucha, mucha, mucha energía, una imaginación y creatividad increíble, una perseverancia brutal, muy inteligente y cariñoso, tiene una habilidad para desarmar y deshacer cosas que me pone a temblar, mi querido hijo desde corta edad lo describía como una “canica que rebota”, entre más paredes hay, más rebota, entonces meternos aquí con él es un “¡rebotadero!”.
Tuve que migrar parte de la despensa a mi habitación para que quede bajo llave, estoy a punto de hacerlo con las herramientas, ya que encontré varias cosas desarmadas, a veces agarra la pala y se pone a buscar “minerales” en el jardín, me ayuda a trasplantar pero terminamos haciendo el hospital con las que rescatamos, en ocasiones encontramos clavos en un trozo de madera o tubos con cinta envolviendo un muñeco para hacer catapultas, sus paletas de hielo son lo máximo, pero cada que entra a la cocina es como si alguien hubiera derramado cosas por el piso y la barra , por el refrigerador, si busca algo en su habitación lo voltea de cabeza, lo más cercano a un tornado, la señora que nos ayuda y yo estamos a punto de pedir algún tipo de indulgencia con el nivel de paciencia que necesitamos. En tema de tareas y clases su maestra monitor continúa apoyándole y está feliz con sus maestras YouTubers, su lectura continúa siendo parte de la rutina y parece que el homeschooling le disminuye mucho su ansiedad pero a nosotros nos la tiene a prueba.
Tener un hijo con TDAH es un reto gigante, es una misión, estoy en grupos con mamás que viven esta situación tal cual e incluso en panoramas aún más complejos pero es una labor que requiere mucho amor, paciencia, perseverancia, rutina, y reeducarse; no poder salir es como un castigo constante para todos (lo escribí con una sonrisa nerviosa en mi rostro) , es claro que es prioridad por ahora estar en casa, este año ha sido durísimo en cambios para nosotros, por eso comenzamos a estar en casa desde antes, aunque viajábamos mucho por las consultas, etc , pero ahora todo es más sencillo en ese tema ya que aceptaron que fueran virtuales sus seguimientos.
Cuántos cambios se han dado, muchos para bien , otros no tanto, pero creo que nos queda el aceptar con lo que contamos hoy, yo cuento con el regalo de estar más en casa, tal como lo planeé a inicio de año, qué lástima que mi deseo fuera por una pandemia pero la vida a mi me regaló la oportunidad de estar aquí con ellos.
Me pregunto si lograré continuar cambiando todo para que mi vida no sea la misma, deseo que sea diferente, es por eso que lo virtual me viene bien , porque eliminas el tiempo de traslado y sigues aquí. Miren que en 20 minutos de distracción me he topado con una guerra de harina en el patio y otra con marcadores permanentes en la sala (todo en orden).
Esto es compartir un poco de lo que se vive en casa, y ser conscientes de que son varios cambios para ellos también, y para uno las responsabilidades continúan de trabajo, trámites, negocio, fundación, etc.
Espero sigan resguardándose en casa y que aprovechen alguna adaptación para que permanezca posterior a la cuarentena, algo que haya adquirido valor a través de los días y que sea parte esencial del convivio familiar.
Gracias por leerme como siempre y espero hablar más de este tema que está poco diagnosticado y el apoyo familiar , terapéutico y una buena rutina les puede brindar un futuro mucho mejor.
En la ciudad donde vivimos no hay instituciones para este trastorno y sinceramente por ahora no puedo con más responsabilidades, sin embargo si podemos crear comunidad y hacer esfuerzos en conjunto para brindar mejores oportunidades de manera local.
Al enterarme a finales del 2019 yo quería hacer otra AC , pero decidí aprender y enfocarme en esta etapa para después con el camino aprendido poder aportar.
No es que minimice lo que a mi me pueda pasar pero cuando se trata de los hijos uno lleva un duelo al enterarse de algo así, es la segunda noticia de ese nivel que recibo con ellos y cómo que algo en mi cabeza pensaba que por tener una ya era mi cuota, y lo acepté , lo superé y esta vez me tarde un poco más en asimilar, la realidad es que el ser humano es vulnerable y esta situación es una más, la vida puede poner muchas pruebas, nos otorga diferentes retos a cada uno y solo queda aprender a vivir con ellos de la mejor manera posible porque no está en nuestras manos.
Desde mi viaje a Buenos Aires me salen algunas publicaciones de Argentina en facebook y encontré una comunidad muy linda que se llama Familias Leonas TDAH, ellos incluso han logrado legislaciones en favor de esta comunidad y en plena consciencia de sus necesidades.
En resumen les comparto lo aprendido gracias al TDHA y al CMT:
No todo está en tus manos
Eres vulnerable por la dicha de estar vivo
Vive, vive , vive
Aprende del que ya recorrió el camino
Aporta al que va comenzando
Comparte lo imperfecta que es la vida para que no exista la falsa creencia de una vida perfecta
Se real
Se auténtica
No tengas límites mentales ni físicos que no te tocan
Acepta la individualidad y la diferencia como la mayor virtud
Que no te de pena pedir ayuda
Crea tu red de apoyo
No seas fuerte, pero si valiente
Compárteme si alguna vez has sentido esto y cómo estás llevando tu barco.
Abrazo sincero rebotador.
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